Mercados emergentes
Por otro lado, hay que considerar que estos países tienen unos niveles de riesgo muy superiores a los países desarrollados. Esto viene provocado por factores como la inestabilidad política; las barreras directas a la inversión como regulaciones impositivas discriminatorias, restricciones a los inversores
extranjeros sobre valores nacionales; o bien, restricciones a la hora de repatriar
capital y dividendos. Existen barreras indirectas como la dificultad para obtener información sobre valores (la que existe suele ser privilegiada), hecho que
provocará que existan títulos infravalorados que ofrezcan altos rendimientos.
El factor de mayor fuerza en los mercados emergentes, a la hora de invertir, se refiere, en definitiva, al factor país, debido a las bajas correlaciones entre los
mercados emergentes y desarrollados, así como a la homogeneidad existente
dentro de sus economías.
Contexto político y económico general
En los mercados emergentes tanto la situación económica como la política es
menos estable que en los mercados desarrollados. Además, la magnitud de
cualquier cambio puede ser mucho más amplia e intensa.
Un relevo de gobierno, por ejemplo, es pasar de un partido que aboga por la privatización, a uno que no puede tener un gran efecto sobre la estructura de un sistema bancario. Una de las consecuencias de la propiedad estatal es que los gerentes de los bancos correspondan a nombramientos políticos. En los mercados emergentes, los bancos centrales de propiedad estatal suelen
dominar el sistema financiero de los mercados.
Este dominio se ve traducido en un poder de fijación de tipos de interés y de tarifas, lo cual puede responder solamente al beneficio del gobierno estatal que, en muchos casos, no tiene por qué estar interesado en buscar una situación de mercado eficiente.
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